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La costura de Dios

Cuando tenia tres o cuatro años iba corriendo por nuestra casa de un solo piso que quedaba en el barrio Santa Inés con los oídos tapados para no escuchar el rock ruidoso que ponían mi hermana Angie y mi hermano Antonio. No sé cómo ni en qué momento se me ocurrió ponerme un copito johnson en cada oreja para escuchar menos mientras seguía corriendo…me tropecé, me caí y me perforé el tímpano derecho. No me acuerdo si sangré o si me dolió, solo tengo la sensación quedarme dormida llorando.
El médico nos dijo que tenían que hacerme una cirugía sencilla para asegurar que no perdiera la audición de ese oído.
Una de las noches antes del procedimiento, cuenta mi mamá, que se me apreció la virgen, que yo les dije que una estrella luminosa había bajado por la claraboya de mi habitación de paredes lilas y había hablado conmigo, que me había dicho un secreto que ya olvidé. Llegó el día de la cirugía y cuando entré al quirófano me revisaron el oído y estaba sano, tenía una cicatriz como si ya me hubieran cosido y no tuvieron que operarme. Para mi mamá era un milagro.
Sea real o no la aparición espectral de la Virgen desde que eso pasó ella le guardó, de una manera muy liberal, un afecto especial a La Dolorosa, una virgen importante para las creyentes en Popayán.

Hace unos días volví a este recuerdo en un ejercicio y pensé en la fe y en la memoria y en que cada vez que uno recuerda recuerda la última vez que recordó y en ese sentido el nivel de ficción sobre la realidad es inevitable y eso es tan emocionante y tramposo.
Ojalá y me acuerde de ese secreto un día.

Esta serie es del 2019 y hoy después de mucho tiempo vi varios fantasmas por ahí en las sombras, las fotos también se tienen que dejar reposar como los recuerdos.

Popayán, Colombia

2019 #35mm

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